Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

I Samuel 18, 1-28

1 En acabando de hablar David a Saúl, el alma de Jonatán se apegó al
alma de David, y le amó Jonatán como a sí mismo.

2 Le retuvo Saúl aquel día y no le permitió regresar a casa de su padre.
3 Hizo Jonatán alianza con David, pues le amaba como a sí mismo.


4 Se quitó Jonatán el manto que llevaba y se lo dio a David, su vestido
y también su espada, su arco y su cinturón.

5 David lograba éxito en todas las campañas que Saúl le
encomendaba, y le puso Saúl al frente de hombres de guerra, y se
hizo
querer de todo el pueblo, también de los servidores de Saúl.

6 A su regreso, cuando volvió David de matar al filisteo, salían las
mujeres de todas la ciudades de Israel al encuentro del rey Saúl para cantar
danzando al son de adufes y triángulos con cantos de alegría.

7 Las mujeres, danzando, cantaban a coro: «Saúl mató sus millares y
David sus miríadas.

8 Irritóse mucho Saúl y le disgustó el suceso, pues decía: «Dan
miríadas a David y a mí millares; sólo le falta ser rey.»

9 Y desde aquel día en adelante miraba Saúl a David con ojos de
envidia.

10 Al día siguiente se apoderó de Saúl un espíritu malo de Dios y
deliraba en medio de la casa; David tocaba como otras veces. Tenía Saúl la
lanza en la mano.

11 Blandió Saúl la lanza y dijo: «Voy a clavar a David en la pared.»
Pero David le esquivó dos veces.

12 Temía Saúl a David porque Yahveh estaba con David y de Saúl se
había apartado

13 y le alejó Saúl de junto a sí, nombrándole jefe de mil y entraba y
salía a la cabeza de la tropa.

14 David ejecutaba con éxito todas sus empresas y Yahveh estaba con

él.

15 Viendo Saúl que tenía mucho éxito le temió.

16 Todo Israel y Judá quería a David, pues salía y entraba a la cabeza

de ellos.

17 Dijo Saúl a David: «Voy a darte por mujer a mi hija mayor Merab,
tan sólo con que me seas valeroso y luches las batallas de Yahveh.» Saúl se
había dicho: «Que no muera por mi mano, sino por mano de los filisteos.»

18 Dijo David a Saúl: «¿Quién soy yo y cuál es mi linaje, la casa de
mi padre en Israel, para ser yerno del rey?»

19 Pero cuando llegó el tiempo de entregar a Merab, la hija de Saúl, a
David, fue entregada a Adriel de Mejolá.

20 Mikal, hija de Saúl, se enamoró de David; se lo dijeron a Saúl y le
agradó la noticia.

21 Dijo Saúl: «Se la entregaré, pero será para él un lazo, pues caerá
sobre él la mano de los filisteos.» (Saúl, pues, dijo dos veces a
David:

«Ahora serás mi yerno.»)

22 Ordenó Saúl a sus servidores: «Insinuad a David: Mira que el rey
te estima; también te estiman todos sus servidores; procura ser yerno
del
rey.»

23 Los servidores de Saúl dijeron estas palabras a oídos de David y
David replicó: «¿Os parece sencillo ser yerno del rey? Yo soy un hombre
pobre y ruin.»


24 Comunicaron a Saúl sus servidores: «Estas palabras ha dicho
David.»

25 Respondió Saúl: «Decid así a David: No quiere el rey dote, sino
cien prepucios de filisteos para vengarse de los enemigos del rey.»
Tramaba el rey hacer sucumbir a David a manos de los filisteos.

26 Los servidores comunicaron a David estas palabras y la cosa
pareció bien a David para llegar a ser yerno del rey. No se había cumplido
el plazo,

27 cuando se levantó David y partió con sus hombres. Mató a los
filisteos doscientos hombres y trajo David sus prepucios que entregó
cumplidamente al rey para ser yerno del rey. Saúl le dio a su hija Mikal por
mujer.

28 Temió Saúl, pues sabía que Yahveh estaba con David y que toda la
casa de Israel le amaba.